Los cascos metálicos, y en especial los de acero, están sometidos a los efectos de la corrosión galvánica. Nuestras embarcaciones, en su mayoría construidas en fibra, también sufren este problema en sus partes metálicas (hélice y su eje, pala de timón, orza…).

Pero ¿qué es la corrosión galvánica? Intentaremos explicar sin entrar en demasiado detalle: Cuando ponemos dos metales en contacto, se produce un proceso electroquímico en el que el metal menos noble cede electrones, conviertiéndose en ánodo, al más noble, que actúa como cátodo. Al perder el metal un electrón, el hueco que queda lo ocupa otro electrón de oxígeno produciendo un deterioro del metal a través de la oxidación. Cuando esto se produce en un medio salino (agua de mar), que tiene alta conductividad eléctrica (los electrones se desplazan con facilidad), el proceso se acelera.

Para proteger los distintos metales del posible contacto entre ellos a través del medio salino deberemos aislarlos. No hay que olvidar que este posible contacto no es solo entre las distintas partes metálicas de nuestra embarcación, sino también afectarán las embarcaciones que se hallan atracadas en nuestras proximidades, así como las instalaciones portuarias.

¿Cómo debemos proteger las partes metálicas? Para proteger de la corrosión galvánica a las partes metálicas de nuestra embarcación que se hallan en la obra viva (sumergidas) deberemos aplicar una pintura protectora a estas partes para reducir el posible efecto galvánico y colocar ánodos de sacrificio.

Los ánodos de sacrificio son unas piezas de cinc, colocadas próximas a las piezas metálicas de nuestra embarcación, que se hallan en la obra viva. El cinc, al ser un metal menos noble que los metales habituales que podemos encontrar en embarcaciones deportivas, actuará como ánodo desprendiendo electrones y sacrificándose hasta el deterioro total.La ubicación más habitual de estos ánodos es el capacete de la hélice, el eje de la hélice y la pala de timón, aunque puede haber ánodos adicionales en función de la construcción de la embarcación.

¿Qué peso deben tener estos ánodos? El cálculo del peso se hace siguiendo la siguiente fórmula:

P=K*L*(B+D)/34,39

Donde:

P: Peso en kilos de los ánodos
K: Coeficiente en función material del casco
0,165 Fibra
0,625 Aluminio
1,000 Acero
L: Eslora en pies
B: Manga en pies
D: Calado en pies

Si calculamos el peso necesario de ánodos para el Polaris Bat, con 11 metros de eslora, 3,72 metros de manga y 1,82 metros de calado, obtendremos algo más de 3 kgs.

Se entiende que el peso obtenido, sería el necesario para una navegación continua durante algo más de un año y con cierto margen de seguridad, por lo que en función del mantenimiento planeado podremos ajustar este peso y reducirlo consecuentemente.

Imágenes cedidas por Ion Otero, experto Patrón y alumno de nuestra Eskola, a partir de los trabajos realizados en Octubre de 2019.